En la evaluación de la disartria nos centramos, sobre todo, en nuestro campo, la logopedia y lo que éste abarca, por lo que la evaluación a la que dedicaremos más tiempo será la del lenguaje; aunque primero daremos unas pautas de modo más general.
Una buena evaluación es aquella que proporciona una descripción de lo más completa posible de las características del lenguaje del sujeto poniendo especial énfasis en sus puntos fuertes y débiles.
Aunque la evaluación siempre tiene un mismo objetivo, el de conocer el funcionamiento comunicativo lingüístico del sujeto y las condiciones que favorecen su desarrollo, las características concretas de la evaluación serán diferentes según el momento en que ésta se realice. Se puede decir que un proceso completo de evaluación comprende tres momentos diferentes, denominados respectivamente: evaluación inicial, evaluación formativa y evaluación sumativa.
Aunque la evaluación siempre tiene un mismo objetivo, el de conocer el funcionamiento comunicativo lingüístico del sujeto y las condiciones que favorecen su desarrollo, las características concretas de la evaluación serán diferentes según el momento en que ésta se realice. Se puede decir que un proceso completo de evaluación comprende tres momentos diferentes, denominados respectivamente: evaluación inicial, evaluación formativa y evaluación sumativa.
La evaluación inicial, que permitirá establecer el punto de partida, suele ser muy exhaustiva, ya que a menudo, además de evaluar la competencia comunicativo - lingüística del paciente, se realizan evaluaciones complementarias para conocer las características del funcionamiento motor, sensorial, neurológico y cognitivo de la persona evaluada y las posibles relaciones con el problema.
La evaluación formativa ayuda a analizar los procesos realizados y a modificar o ajustar el modo de intervención que se está llevando a cabo.
La evaluación final se realiza al finalizar cada intervencón para ver u observar los avances o cambios producidos respecto al punto de partida, y por tanto, el grado de consecución de los objeivos propuesto al inicio del proceso de intervención.
En cuanto a las personas que intervienen en la evaluación, pueden ser muy diversas; además del especialista del lenguaje, otros profesionales, a través de evaluaciones complementarias de tipo médico, audiológico, psicológico, educativo... pueden contribuir a la comprensión de la problematica que presenta el niño. Por otra parte, suele resultar de particular importancia la contribución de personas del ámbito familiar y educativo.
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