diumenge, 24 de maig del 2015

DISARTRIA, ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN

Al hablar realizamos movimientos muy rápidos con los labios, lengua, mandíbula, velo del paladar, laringe, músculos intercostales y el diafragma. Para obtener un habla inteligible los movimientos de los músculos y las articulaciones deben ir en la dirección correcta y ejecutarse con la fuerza necesaria y la precisión oportuna. Nuestro cerebro es el responsable de que estos movimientos complejos sean programados y llevados a cabo de forma coordinada.
Cuando una persona sufre una lesión cerebral, bien por un traumatismo craneoencefálico, accidente cerebrovascular o bien por una enfermedad neurodegenerativa, congénita o tumor, los órganos empleados para hablar sufren alteraciones en el tono, fuerza, simetría, sensibilidad y velocidad de los movimientos provocando dificultades en la respiración, la fonación, articulación, la resonancia y la entonación.
Estas dificultades en la articulación comprenden diferentes características dependiendo del lugar de la lesión siendo las más frecuentes:

- Incoordinación fonorespiratoria.
- Voz áspera/soplada/nasalizada/entrecortada..
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- Intensidad de voz disminuida/elevada/fluctuaciones
- Pérdida de precisión articulatoria
- Ritmo de habla lento/acelerado
- Debilidad y escasa movilidad de lengua, labios, mandíbula, velo del paladar...
- Falta de control de la saliva (sialorrea)
- Alteración en la entonación
- Dificultad al masticar y tragar

La disartria debe ser abordada desde distintas perspectivas; paciente, familia y logopeda deben implicarse de forma activa para perseguir el mismo objetivo: lograr una comunicación lo más efectiva posible.


En este video se muestra cómo se debe realizar una buena intervención en la pacientes con disartria de forma muy práctica:


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