TERAPIA CON EL ORDENADOR: Con el
desarrollo sucesivo de la tecnología de la informática se ha incrementado la
posibilidad de utilización de ordenadores en el diagnóstico y la terapia
logofoniátrica de los diferentes tipos de trastornos del lenguaje, el habla y
la voz. Se han diseñado múltiples programas que se utilizan en la mayoría de
las clínicas del mundo desarrollado. Estos programas tocan de lo más genérico
del problema hasta las necesidades y dificultades más específicas del paciente
atendiendo al área
de la función sensorial, cognitiva o
motriz afectada al diseño de la tarea y al plan terapéutico. Sin desdeñar los
métodos convencionales, el método computarizado implica una ampliación del
tratamiento y una mayor complejidad y flexibilidad en su uso. Por medio del
mismo se puede hacer un sistema interactivo de imágenes, signos, curvas y
juegos en función de la respuesta del paciente y de su conexión. En grandes
limitaciones motoras, los cambios eléctricos generados por los ojos o con los
labios puede servir al paciente para intercambiar con su medio. Pueden
controlarse el número de aciertos y errores, registrarse los resultados en cada
sesión de trabajo logopédico, efectuar feedback correctos ante cada respuesta,
etc. En función de ciertas variables puede variar el nivel de dificultad de la
tarea y cambiarla por una más sencilla o más difícil. Se ha demostrado que en
pacientes con lesión cerebral, el aprendizaje ocurre solo si se hacen múltiples
y repetidas estimulaciones e informaciones que son más factibles por la
computadora (27), luego, con ella pueden beneficiarse pacientes con afasias,
disartrias, dislalias, tartamudez, tartaleo, disfonías, rinofonías, tonopatías,
hipoacusias, laringectomizados, disléxicos, etc
LOS SISTEMAS ALTERNATIVOS DE
COMUNICACIÓN: Los sistemas alternativos de comunicación son códigos creados
para pacientes que por su deterioro físico-motor o por las alteraciones
estructurales (orgánicas), o funcionales de su aparato verbo-vocal no pueden
comunicarse ni podrían llegar a hacerlo a través de las técnicas funcionales
logofoniátricas que se utilizan habitualmente en persona con trastornos del
lenguaje, habla y voz. Está planteado utilizarlos también por ejemplo, en niños
con P.C que pueden llegar a tener comunicación como forma de estimular su
lenguaje pasivo, para luego incorporar el lenguaje activo, aunque en estos
casos, existe el peligro de que el niño se habitúe al lenguaje más fácil, el de
signos extraverbales, y se resista luego al aprendizaje del complicado sistema
verbal. Estos códigos están representados en tarjetas, láminas, libros, a relieve
o en el ordenador, y pueden ser símbolos gráficos, figuras de personas,
animales y cosas, así como nombres, verbos, adjetivos, afirmaciones,
negaciones, números o diferentes situaciones de la vida. El objetivo es que el
paciente señale con el dedo, la mano, e pie, la vista o con cualquier otra
señal convenida lo que quiere pedir, expresar, afirmar o negar. La señal puede
ser hecha también por el terapeuta, el familiar o el cuidador. A nuestro juicio
se trata de una medida extrema y habrá que valorar bien a qué paciente se le
aplica un sistema alternativo de comunicación que significa renunciar a la
enseñanza de la comunicación verbal, propia y exclusiva del hombre, para
sustituirla por comunicación extraverbal. De todas formas, tampoco este método
es factible para todos los pacientes que tengan esta condición. Habrá que
valorar si el individuo desea comunicarse, si tiene la capacidad intelectual
para aprender significados por medio de signos y símbolos; si tiene la
capacidad visual y auditiva necesaria y si su entorno familiar o social es
adecuado par aplicar en el hogar este tipo de alternativa
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