La disartria flácida es un trastorno motórico del habla cuya lesión se sitúa en la neurona motriz inferior y también puede llamarse parálisis bucal.
Puede ser ocasionada por infección de virus (poliomielitis), tumor, polio, miastenia grave, parálisis bulbar, parálisis facial, trauma físico, accidente cerebrovascular o síndrome de Guillain-Barre.
Los síntomas más comunes en este tipo de disartria son los problemas de articulación, el babeo incontrolable y parálisis del nervio.
Las manifestaciones en producción oral son:
- Alteraciones en los movimientos voluntarios, automáticos y reflejos.
- Flacidez y parálisis con disminución de reflejos musculares.
- Atrofia de las fibras musculares.
- Debilidad o fatiga durante el ejercicio (sobretodo en la musculatura ocular, bulbar, del cuello y de la cintura escapular).
- Alteraciones respiratorias (rápida y superficial).
- Posible afectación de la musculatura respiratoria.
- Afectación de la lengua.
- Afectación de los movimientos del paladar.
- Disminución del reflejo de náuseas.
- Deglución defectuosa.
- Debilidad en las cuerdas vocales, paladar y laringe.
- Monotonía en la voz, voz ronca y poco intensa.
- Hipernasalidad.
- Articulación consonántica distorsionada.
Las alteraciones a nivel lingüístico se constatan preferentemente en la fonación, resonancia y prosodia.
La fisioterapia y los ejercicios suaves de estiramiento son los métodos de tratamiento típicos utilizados para tratar la Disartria Flácida, aunque prescripción de medicamentos o intervención quirúrgica pueden ser necesarias en los casos más extremos.